La Historia es nuestra y la hacen los pueblos

domingo, 23 de enero de 2011

Próxima

No siempre las cosas salen como uno quiere. Es evidente porque sino sería un pitorreo. A uno le gusta que los caminos discurran por donde su cabeza los ha diseñado, como buen ingeniero, pero suele ocurrir que en nuestra mano, aunque permanecen muchas cosas, no se disponen todas. Esto se puede suplir con una mayor dosis de trabajo y de empeño, con una voluntad de hierro, con muchas horas y ganas, con todo lo que uno esté dispuesto a dar. Sin embargo, como aquello de que el azar tiende a infinito, puede ser que todo ello no sirva de nada. Porque los demás han hecho más meritos o porque uno mismo no ha estado a la altura cuando así lo requería el momento. Todo elucubraciones que son del todo inservibles. Por suerte, uno no puede volver sobre sus pasos y ahogarse en la búsqueda de un retoque que fastidia más que compensa.

De esta manera, ni catarsis ni fustigaciones. Un mero desahogo en todo caso, ¿quién no se ha frustrado alguna vez? No es tiempo de invitar a frases grandilocuentes vacías de contenido para aquel que de verdad se ha enfrentado a esa puta sensación de amargura. El mal ya está hecho. Ni antes ni después, simplemente un momento congelado, un puñado de segundos de diferencia que pueden servir para enseñar que todo que excede su justa medida acaba quemando. Hoy me ha tocado perder, mañana ya veremos a qué sabe


Petición musical: Esta es una noche de r´n´r (Barricada)>

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