La Historia es nuestra y la hacen los pueblos

lunes, 8 de marzo de 2010

Planes y Deseos

A estas alturas, no tengo ni idea de dónde estaré dentro de un año, día arriba día abajo. Realmente, los mañanas me vienen ya un poco justos como para atreverme a hacer planes con trescientos sesenta y cinco días vista. Tal vez ayer disputará mi último campeonato de España de Campo a Través ya que esta era mi despedida de la categoría Promesa en el barro. Atravesado el umbral de los veintidós años, el reto a partir de ahora, temible y apasionante a partes iguales, será seguir vistiendo la elástica aragonesa de Absoluto. Ir a la selección aragonesa de Cross, al menos para el que esto escribe, es un privilegio por el cual continuaremos peleando, para ser el vigésimo, el quincuagésimo o el último en el Nacional, pero para saber que con ella encima todavía es mayor la motivación para dar hasta la última gota de sangre.

Después de esta algarada entendida como declaración romántica de intenciones y retomando todas las curvas que aguardan en el bolsillo del futuro, la incertidumbre de cómo pueden transcurrir en los tiempos venideros mis opciones de participación en esta fiesta, considerada como tal por aquellos que disfrutamos como enanos en esta especialidad (la pista es muy aburrida) me impulsa a evocar este fenomenal fin de semana largo. La Coruña, lejana y sugerente ciudad, amparada detrás de la valentía de María Pita y la gallarda presencia de la Torre de Hércules, nos acogió sin reparos de ningún tipo. Gastronomía, turismo, mar y verde en plena ebullición (pon un gallego en tu vida rezaba alguna leyenda) y de guinda el circuito de campo a través más bello que he tenido la suerte de disputar, escoltado por el Atlántico, con unas cuestas y un barro dignos de la esencia de antaño.

Sin presiones ni imposiciones mentales que me pudiesen condicionar, salí a disfrutar de estar entre los mejores promesas del panorama nacional, algo que bien sabe lo que significa una persona que lo ha tenido que sudar en grandes cantidades para alcanzar esa satisfactoria meta. Entre los mejores de España y con la camiseta de mi terruño, quedaban diez kilómetros por delante en los que las piernas respondieron. Más de lo que pensaba en un circuito de esas características. Progresando poco a poco y acabando fuerte, el vigésimo quinto puesto me abrazó en la línea de meta. Mi mejor puesto de los seis nacionales que he disputado. Rivales, tiempos, referencias, sensaciones, experiencia… un trabajo de aproximación cuasi científica con multitud de datos que me hace pensar que de haber sido algo más valiente en los primeros compases podría haber firmado tres o cuatro puestos más arriba, que no es poco porque como le digo a mis amigos, aquí corren los mejores y ninguno con sobrepeso. Sin embargo, como la Historia, esto no se ajusta a leyes de validez universal y lo que pudiera haber sido quedará en el tintero de las quimeras esparcidas al viento de estos acantilados que reinan a la sombra de la hercúlea torre.

El mundo puede que se vaya al garete, o simplemente lo haga yo. En términos menos apocalípticos, lesiones, cambio de vida y mil casuísticas estarán en condiciones de comprar su estatus de existencia y poner algo más difícil una posible séptima participación, Si la hay, ya no será luchando por puestos nobles. Es lo de menos. No estamos ante una teleología, más bien ante una filosofía que guarda premios tan gratificantes, o eso me parece a mi, a quien pone toda la carne en el asador. Creo que podría ser una buena extrapolación a la vida diaria.

Ayer en los últimos compases, en la búsqueda de otro cadáver muy vivo entre el mar de hierba sobre el que nos movíamos, me repetía la palabra fe. Sería el “pajarón” del esfuerzo me imagino. ¿O no?


Petición musical : Un Futuro Para Ti (Boikot)