Se puede aseverar que los fados en la zona de Lisboa adquieren un especial tinte de melancolía. Muy parecido a esos finales con los que nunca simpatizas para que lleguen a tu lado. Diez días de pisar hasta el fondo el acelerador rumbo otras cuantas metáforas trilladas ya hasta la saciedad. Pero, queramos o no, lo sepamos (que no) o incluso lo podamos valorar como algo mucho mas valioso que un recuerdo en aras de estancamiento, no parece ser este el momento de perdernos en el tunel de la memoria por el Bairro Alto, por la Universidad de Coimbra o el añejo Oporto. Las sabanas que hemos compartido no serían menuda tentación, aunque, a decir verdad, tienen un espacio mas grandioso que cuatro borrones de tinta, de la misma manera que tu sonrisa perenne, esa que corroe poco a poco hasta a quien mira para otro lado.
Pocas veces el tiempo se congela con la alta temperatura que cuando los Barricada saltan a un escenario. No iba a ser diferente esta vez, a priori. Luego la noche junto en un mismo salto todo lo que se podría calificar de compota de estos meses, sin dejarse un ápice de aquello con mas sabor y también mayor escozor. Desde luego, sería iluso pretender pegarse un baño en esa especie de sueño con ratos de pesadilla y realidad mal digerida. Iluso porque, en Portugal no, mucho antes, pusimos un reloj en marcha. Una cuenta atrás de un sentimiento nada repentino. Ese mismo reloj marcará aquello que estemos dispuestos a que marque: Un continuo pasar de dos ojos verdes a ratos encontrados por casualidad (o eso les dijeron) o un pesar que camina a hombros de miedos y filosofías del despiste.
Nadie mentiría si dijeran que hasta cierto punto nos habían avisado. Nos habían dicho que luego el camino de regreso suele ser más duro. Igual nadie sabe lo que ha costado llegar a este sitio, sobre todo cuando ni sabes que existía. Sobre todo cuando en un pueblo de las Cinco Villas vino a suponer una catarsis de deberes mal hechos que, mira tu por donde, tuvieron, y no era la primera vez, el aliento inconsciente de unos cuantos meses de intuiciones paulatinamente sustituidas por algo mucho mas grande: tus manos. Quien sabe si será el momento de dar las gracias o de salir corriendo hacia delante. Quien podrá atreverse a decir que es lo ideal o que puede pasar a medio plazo. Cada segundo ha pasado a contar por dos. No es nuevo, pero el contenido de ahora es inmejorable. Habra tiempo de ponerse a pensar, a rescatar momentos, pero ahora, sabiendo que es de todo menos fácil, no renunciaremos a que al final se halle el sufrimiento. Puede…; mientras tanto… síguete riendo que en una de estas paramos el mundo. Con un buen vino blanco y una Sagres, claro está.
Petición (es) musical (es): Per una Copa (Lax N Busto) como particular banda sonora; Pon esa música de nuevo (Barricada), aunque no la tocaran como si lo hubiesen hecho; Deja que esto no acabe nunca (Barricada), por haberla interrumpido a quien no debería
La última patada
Hace 9 años